Se llama Iglesia Reformadas a aquellas organizaciones eclesiásticas que siguen los pasos de la reforma protestante surgida en el siglo XVI. Los Reformados creen en la escritura como única regla de fe y conducta para el hombre. La escritura es la palabra de Dios autoritativa, inspirada, infalible e inerrante. Accesible para todas y contenida en la Santa Biblia. (2 Timoteo 3:16-17)
Los reformadores creen en la sola fe en Jesucristo como único medio por el cual el hombre podrá ser justificado ante Dios. Y esta obra de justificación es un don divino que no depende de ninguna obra que el hombre pueda realizar para ganarlo. (Romanos 5:1)
Los Reformadores creen en la sola gracia, por medio de la cual la salvación es otorgada de parte de Dios a los hombres, sin merecimiento previo, sino como un acto libre y soberano de Él. (Efesios 2:8-10)
Los reformadores creen en solo Cristo quien es el único mediador entre Dios y el hombre, y que no hay salvación por medio de ningún otro. (1 Timoteo 2:5)
Los reformadores creen en que todo debe tener único propósito la sola Gloria de Dios. (1Timoteo 1:17)
¿Por qué son un seminario reformado?
Somos un Seminario reformado porque sostenemos y enseñamos los postulados de la reforma protestante:
Sola scriptura (“solo por medio de la Escritura”).
Sola fide (“Solo por la fe Dios salva”).
Sola gratia (“solo por la gracia”).
Solus Christus o Solo Christo (“solo Cristo” o “solo a través de Cristo”).
Soli Deo gloria (“la gloria solo para Dios”).
Primeramente, una Iglesia Bautista Reformada es una iglesia local que reconoce la autoridad suprema de las Sagradas Escrituras. Esto es algo que parece obvio, pero no lo es a tenor de los terribles derroteros que toman las iglesias llamadas cristianas, cuando introducen en su adoración y en su practica diaria la moda del mundo y su moda de pensamiento, alejandose de los principios y mandamientos que se exponen en las Escrituras. Son Ellas las que nos enseñan en cuestión de fe, es decir, las cosas que creemos, y en cuestión de práctica, es decir, las cosas que hacemos en nuestra vida cotidiana. Nuestra única autoridad es la Palabra de Dios.
Creemos que nada puede ni debe tomar el lugar de la predicación de la Palabra. Nuestra convicción es que la iglesia de Cristo ha sufrido porque se ha rebajado la predicación de la Palabra de Dios de su lugar central. Creemos que los seminarios y colegios bíblicos deben ser instituciones que preparen y estimulen a futuros predicadores, pero bajo la dirección y como un ministerio mas de la iglesia local, sometidos a su disciplina y gobierno, completamente dependientes de ella, dado que la Escritura no reconoce las organizaciones paraeclesiales. Solo la iglesia ha sido establecida por Dios para cumplir un propósito específico en su plan redentor: ser columna y baluarte de la verdad.